La contemplación de la no permanencia tiene dos funciones vitales en el camino budista. En un plano convencional, en un sentido cotidiano, el practicante budista contempla su propia transitoriedad, el hecho de que la vida es tenue y de que nunca sabemos cuándo moriremos. Esto resulta en intentar sacarle el mejor partido posible a la existencia. En un nivel más profundo, la contemplación de los aspectos más sutiles de la transitoriedad es el primer paso para comprender la verdadera naturaleza de la realidad y disipar la ignorancia, que es la fuente última de nuestro sufrimiento.
0
Enviada por Mónica hace 9 años
No se ha encontrado imágenes sobre esta frase de Dalai Lama.