Mientras vive, el hombre, que es espíritu hecho forma en un cuerpo, tiene necesariamente ciertas pasiones, deseos, y un flujo de "energía vital", o en lenguaje de más fácil comprensión, "energía nerviosa". En y por sí mismas, estas características no son buenas ni malas, sino apenas algo que se ha dado a la vida humana y es inseparable de ella. Todos los hombres y las mujeres tienen pasiones, deseos naturales y nobles ambiciones, y también una conciencia; tienen sexo, hambre, temor, enojo, y están sujetos a enfermedades, dolores, sufrimientos y muerte. La cultura consiste en producir en armonía la expresión de estas pasiones y deseos. Este es el punto de vista confucianista.
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Enviada por Ramón hace 9 años
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