Esa tarde, Chaktur el hojalatero, que trabajaba en su taller en la reparación de una jarra de baño, dejó por un momento su tarea, para recogerse y pensar con calma en su vida miserable e infinita. Pero no llegó muy lejos en sus amargas reflexiones. Toda su vida estaba allí, junto a él, y podía tocarla con sus manos, de tan sombría y sucia que era, sin una pizca de sueños. Se sintió tan claramente asqueado que pensó en otra cosa.
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Enviada por Berta hace 8 años
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