Superar las tendencias perjudiciales —temores, anhelos, odios y obsesiones— no implica reprimir o mutilar las energías instintivas o las emocionales, sino encauzadas y reorientadas. De este modo se madura y se aprende a no dejarse anegar por las corrientes nocivas de pensamiento.
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Enviada por Ingrid hace 8 años
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