La palabra puede inducir a error, mentir, adulterar, difamar, calumniar, vejar, insultar, maltratar y sembrar mucha discordia y odio. Hay que tener mucho cuidado con la palabra. Crea tensión o distensión, desazón o sosiego, alegría o dolor. Deberíamos ser sumamente cuidadosos al hablar y hacerlo con más conciencia y precisión. La palabra puede ser suave, amistosa, tierna, consoladora, pero también áspera, hostil, acre y desasosegante. El control sobre la lengua es necesario y viene dado en la medida en que hay mayor control sobre la mente.
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Enviada por Ingrid hace 8 años
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