En Medicina, las modas cambian casi tan de prisa como en el vestido femenino.
La panacea que hoy se prescribe se convierte mañana en el tóxico que se proscribe.
Los más renombrados cardiólogos tienen aterrorizados a sus parientes con la amenaza del colesterol.
El obeso de nuestros tiempos se debate entre su glotonería y sus ansias de supervivencia, bajo la advertencia de que, si no elimina sus grasas, avanza derecho hacia el sarcófago.
Los alimentos que hoy día se recomiendan son tan apetecibles como una dieta de papel secante.
Los huevos son poco menos que venenosos, y los opulentos que antes desdeñaban la margarina, se relamen ahora al comerla, como si fuera un costoso manjar.
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Enviada por Tomás hace 9 años
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