A veces…tengo una sensación extraña cuando miro las oleadas interminables de gente que arramblan con todo, presas del capitalismo. Noto como si estuviera mirando una mesa enorme rodeada por cientos de niños glotones que son tan maleducados y están tan impacientes que ni siquiera pueden esperar a que preparen la cena. Tienen que agarrar a los animales vivos de la mesa y comérselos directamente.
Como si viviésemos en el mundo de hombres de hojalata, de personas sin corazón…¿es que ya nadie es de verdad? hemos perdido nuestro corazón? dónde podremos encontrarlo de nuevo? busco el camino de baldosas amarillas, pero mi brújula está rota.