En dejando de querer, más ingratos suelen ser que al villano el gorrión. En el invierno, que el frío tiene los campos helados, descienden de los tejados, diciéndole: "tío, tío," hasta llegar a comer las migajas de la mesa; mas luego que el frío cesa, y el campo ven florecer, no bajan diciendo "tío," del beneficio olvidados.
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Enviada por Esther hace 8 años
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