Pero lo cierto es que, cuando alguien se ve postrado o desfigurado, lo único que anhela es ese amor que convierte el abrazo en certeza, prefiere los besos a las flores, la materia a las promesas. El amor, por sí solo, no puede devolverme las piernas. Simplemente actúa como ilusión óptica casi perfecta, hasta que intentas tocarlas; entonces, el amor, me devuelve a la guerra.
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Enviada por David hace 8 años
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