En la planta de ropa para hombre se complace con el tacto de las piezas que cuelgan de los percheros, disfrutando delicadezas y suavidades, goza de los olores de los tintes y los tejidos, descuelga prendas y evalúa cómo le quedarán probándolas sobre su cuerpo ahora limpio, pero desmadejado, esmirriado para lucir aquellos ingenios de sastrería.
0
Enviada por David hace 8 años
No se ha encontrado imágenes sobre esta frase de Damián H. Estévez.