Todos los pueblos de la Antiguedad celebraban comidas en honor de los muertos, comidas que se fueron transformando en banquetes liturgicos en honor de los dioses. Antes de creer en éstos, creyeron en aquéllos. Antes de concebir y adorar a Indra o a Zeus, adoraron a los muertos, a los que temían como a criaturas misteriosas, posiblemente maléficas, a las que había que propiciar y calmar. Les ofrecen lo que para los vivos es infaltable: comida, bebida y un cobijo y vivienda.
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Enviada por David hace 8 años
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