— ¿Qué quieres de ese hombre? - preguntó de repente la nodriza.
— La verdad – respondió el general.
— Conoces muy bien la verdad.
— No la conozco – dijo él, en voz alta, sin preocuparse por el servicio, que había interrumpido abajo la colocación de las flores y miraba hacia arriba. Volvieron a bajar la mirada inmediatamente, con un gesto mecánico, y continuaron con sus quehaceres. — La verdad es precisamente lo que no conozco.
— Pero conoces la realidad –observó la nodriza, con un tono agudo, casi agresivo–.
— La realidad no es lo mismo que la verdad –respondió el genera–. La realidad son sólo detalles.
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Enviada por Ingrid hace 8 años
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