La soledad es lo que más me hace padecer aquí, aunque no es una sensación nueva para mí. Pero hay muchas clases de soledad. Existe la soledad de los lugares, la menos dañina de las soledades porque cuando se vive lejos de un lugar querido, nace la esperanza y el deseo de un futuro en el cual el espíritu humano puede felizmente confiar y trae consuelo. Existe también la soledad de una alta aspiración, la más bendita de las soledades, que involucra no sólo planes para sí mismo sino para la humanidad en general, y no necesita así cuidarse de las probables contrariedades que acarrea. Y por fin, está desgraciadamente la soledad que tiene una falta total de compensaciones, la soledad debida al fracaso del individuo para alcanzar un entendimiento común con el mundo. Ésta es la soledad más amarga de todas, la que corroe el corazón de mi existencia.
+1
Enviada por Ingrid hace 8 años