Nos despojamos de la verdad en la proporción que nos alejamos de la vida, dijo Sócrates, a punto de beber la cicuta. Todo es vanidad y una persecución tras el viento, pero esta sabiduría salomónica es difícil de aceptar. Hasta el fin soñaré con aquella que me enseñó por primera vez las posibilidades del amor romántico. Contra sus besos, Sócrates, Schopenhauer, Salomón y Sakia Muni sólo son envidiosos eunucos que han perdido el sabor de la vida.
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Enviada por Ingrid hace 8 años