Hacer voto de pobreza es comprometerse por juramento a ser perezoso y ladrón; hacer voto de castidad es prometer a Dios la infracción constante de la más sabia y más importante de sus leyes; hacer voto de obediencia es renunciar a la inalienable prerrogativa del hombre, la libertad. Si se observan estos votos, se es un criminal, si no se observan, se es perjuro. La vida del claustro es la de un fanático o la de un hipócrita.
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Enviada por Ingrid hace 8 años
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