Un puente de madera no es fácil de destruir desde el aire. Las bombas, cuando alcanzan su objetivo, derriban dos o tres tramos del puente, mientras que los demás permanecen intactos. Los japoneses harían u reparación improvisada, y ya han demostrado ser unos maestros en ese arte. Nosotros podemos no sólo hacer estallar los pilares a ras del agua, sino también activar la explosión al paso de un tren. De esa manera, provocaremos el desplome de todo el convoy en el río, causando daños irreparables y dejando inutilizable hasta la última viga. Lo he visto ya una vez en mi carrera. El tráfico fue interrumpido durante varias semanas, y eso que el ataque se produjo en un país civilizado, donde el enemigo tenía la posibilidad de desplazar tornos elevadores. Aquí les aseguro que tendrán que desviar el trazado y reconstruir el puente en su totalidad... Sin contar la pérdida de un tren y de su cargamento. ¡Un espectáculo infernal! Ya lo puedo ver ante mis ojos
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Enviada por Tomás hace 8 años
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