Nos reímos juntos durante mucho tiempo. Cuando nos habíamos encontrado por primera vez, sus ojos estaban apagados por los fármacos que eliminan el dolor y si trataba de hablar, su cara se contraía por un dolor agonizante.
Pensé en lo hermosa y radiante que estaba ahora.
Ella se levantó para irse y se fue a la puerta, pero luego volvió y me dio un beso.
«Espero no volver a verte nunca», dijo.
«Lo comprendo perfectamente», respondí.
0

Enviada por David hace 9 años
No se ha encontrado imágenes sobre esta frase de Henry Marsh.