Como no desprecio ningún cauce, a veces unos amigos del otro lado del charco me mandan unas mulas repletas de paquetitos sorpresa en sus intestinos. Luego los cagan y yo convierto esas bolsas de felicidad en dinero contante.
0

Enviada por David hace 9 años
No se ha encontrado imágenes sobre esta frase de Ramón Palomar.