En la pared cuelga la felicitación al mérito policial y la instantánea de su momento de gloria; el recorte del periódico con su hazaña, la leyenda del héroe que le acompañará para siempre allá donde vaya, relatando una y otra vez la misma historia que, a fuerza de repetición, ha ido perfeccionando hasta convertir en un discurso mecánico y sin fisuras. Un policía ejemplar con uniforme de gala que, tres años atrás. Logró resolver el caso de Amanda, la niña desaparecida de Málaga
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Enviada por Rebeca hace 8 años
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