En aquellos años se había impuesto la moda de correr solo y, a decir verdad, algo de eso había llegado a mi conocimiento en el sanatorio, pero nunca había tenido ocasión de contemplar de cerca el fenómeno y menos aún de practicarlo, toda vez que entre mis compañeros de reclusión no gustaban los deportes que no incluían un rival al que vencer a bastonazos.
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Enviada por Rebeca hace 8 años
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