Mundo intenso y dormido de Orihuela. El valle ubérrimo, plagado de humedades subterráneas, con el río Segura que atraviesa escueto los oscuros naranjales, el fruto como un fuego. Hay reposados olivos, el gris perlífero. Higueras, algarrobos, almendros, vides. Con la gracia del palmeral esbelto, arquerías al viento, los amarillos racimos de dátiles.
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Enviada por Tomás hace 8 años
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