Ante determinados hechos de tu vida, ¿no piensas en el instante en el que nacieron, en el germen del que surgieron? No sé cómo decirlo… Imagina un campo en el momento de la siembra, todo lo que contiene un grano de trigo, las cosechas futuras… Bueno, pues en la vida ocurre exactament igual. El instante en que vi a François por primera vez, en que nos miramos, todo lo que contenía ese instante… ¡Es terrible, es escalofriante, produce vértigo! Nuestro amor, nuestra separación, los tres años que pasó en Dakar, cuando yo estaba casada con otro y todo lo demás, Sylvestre… Luego, la guerra, los niños… Cosas dulces y también amargas… Su muerte, o la mía, y la desesperación del que quede solo.
0
Enviada por Esther hace 8 años
No se ha encontrado imágenes sobre esta frase de Irene Nemirovsky.