Silberman afirma: «Lo que necesitamos es afecto. Los colegios son sitios tristes que asfixian a los niños, destruyendo su alegría y creatividad». Deberían ser los lugares más felices del mundo porque, como ustedes saben, el mayor placer es aprender. Es algo fantástico porque cada vez que se aprende algo nos convertimos en una persona nueva.
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Enviada por Esther hace 8 años
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