Tal vez no estamos acostumbrados a pensar en la Eucaristía como una invitación a Jesús para que se quede con nosotros. Tendemos más bien a pensar que es Jesús quién nos invita a su casa. Pero Jesús quiere ser invitado. De lo contrario seguirá su camino. Es muy importante comprender que Jesús nunca nos impone su presencia. A no ser que le invitemos, él seguirá siendo un desconocido, posiblemente un atractivo e inteligente desconocido con el que hemos mantenido una interesante conversación, pero un desconocido.
0
Enviada por David hace 8 años
No se ha encontrado imágenes sobre esta frase de Henri J. M. Nouwen.