Si le damos demasiada importancia a la comodidad vamos a ser muy infelices. A la comodidad en cualquiera de sus formas: gozar de más tranquilidad, silencio, limpieza, descanso, etc., porque: La comodidad no es tan importante, esto es, no da la felicidad. La comodidad viene y va. Es así, es inevitable. Un exceso de comodidad es incompatible con el disfrute activo de la vida.
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Enviada por David hace 8 años
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