Cuando nos paramos frente al público para pedir aprobación, admiración y aceptación, nuestro ego tiene mucho que perder. En cambio, cuando nos paramos frente al público con una actitud de servicio, el miedo disminuye. Si nos enfrentamos al público con una actitud de entregarles lo mejor que podemos ofrecer, de enriquecerlo y ayudarlo, el miedo no tiene cabida.
+11
Enviada por David hace 8 años
No se ha encontrado imágenes sobre esta frase de David Fischman.