Antes tú querías decir, y ahora sabes que nadie puede decir, sino sólo cantar; antes querías entrar en las almas ajenas, y ahora sabes que toda alma está sola, es inaccesible, rebelde, como tu alma misma.
Y si quieres llegar a dominar, sabes que nada podría llegar a ser tuyo, ya que todo es tuyo.
Se tu prisionero y carcelero. Sabe, como los pájaros de las montañas, morir entre las rocas. Y deja tu espalda más allá de la puerta, a los enigmáticos fantasmas que llamas ´´los otros´´. Si quieres ser tú, no los llames tus semejantes. Para ser semejante a ellos tienes que ser otro, tienes que ser distinto de tí.
Y piensa —¡terrible cosa!— que acaso, cada uno hará lo que tú te ves obligado a hacer, y cada uno se rebajará para conocer a los rebajados, se esconderá para encontrar a los escondidos, irá con máscara para reconocer a los enmascarados. Entonces no te rías más de tu locura, no odies tus pañabras, no maldigas tu empresa. Todavía es tiempo de morir bien.
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Enviada por Tomás hace 8 años
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