-Eres extranjero, pero estás en el invierno de la vida, como yo. Por eso sé que me entenderás. La carne se pudre, las historias de los reyes pueden desaparecer, como las de aquellos que construyeron estas hermosas esculturas. Solo la piedra permanece -e hizo una pausa-, la piedra y la fe. Lombardo, quiero que construyas una poderosa fortaleza en el límite más al mediodía de mis territorios, frente a los musulmanes.
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Enviada por Olga hace 8 años
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