-Los hombres mueren, sus construcciones permanecen, en ocasiones para toda la eternidad.
-Exacto -respondió el rey complacido-, la memoria es efímera, lombardo. El poder, la alegría, la comida, el sexo, todo es volátil. Sin embargo, las iglesias y los castillos que levantamos... Ellos son eternos.
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Enviada por Olga hace 9 años
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