Rechazó como cobarde la idea de volver a la seguridad de América, cuando el mundo se desangraba. Corría el riesgo de pervertirse, de convertirse en un gacetillero barato, un mero redactor de notas de sociedad. El azar le había colocado en el sitio adecuado para remediar esa deriva. (…) En definitiva, quería imitar a su ídolo, Ernest Hemigway, servir en el frene, aunque fuera de camillero, ver con sus propios ojos y tocar con sus manos la podredumbre.
0
Enviada por Olga hace 8 años
No se ha encontrado imágenes sobre esta frase de Francisco Manuel Granado.