Revolucionario o reformador —el error es el mismo. Impotente para dominar y reformar su propia actitud ante la vida, que lo es todo, o su propio ser, que lo es casi todo, el hombre huye hacia un querer modificar a los otros y al mundo exterior. Todo revolucionario, todo reformador, es un evadido. Combatir es no ser capaz de combatirse. Reformar es no tener enmienda posible.
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Enviada por Tomás hace 8 años
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