Los seres humanos a menudo se aferran a sus certezas por temor a que sus opiniones serán probadas como falsas. Pero una certeza que no puede ser puesta en cuestión no es una certeza. Las certezas sólidas son las que sobreviven al interrogatorio. Con el fin de aceptar el interrogatorio como la base para nuestro viaje hacia el conocimiento, debemos ser lo suficientemente humildes para aceptar que la verdad de hoy puede llegar a ser la falsedad de mañana.
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Enviada por Olga hace 8 años
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