Pero el amor no se piensa, o no es amor. No se busca ni se controla. No se decide, no se equilibra, no se ata ni se domina. No puede analizarse ni estudiarse. No puede ser predicho ni anticipado. El amor no sabe de reglas de juego. No es ni siquiera inteligente. A veces, ni siquiera es sano.
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Enviada por Tomás hace 8 años
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