El recuerdo de cierta novela de aventuras donde se hablaba del aroma, o quizá del hedor, que despiden los sexos de las hembras en celo, y de cómo los machos, qué locura, sin apenas conocerlas todavía -no hay otro conocimiento que el aroma-, las eligen, las separan y las cercan incansables para las oscuras frondas del deseo.
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Enviada por Sísifo hace 10 años
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