(...) Esa fue la segunda vez que sentí que le era infiel a Stuart, mientras contemplaba el rostro decepcionado de Mark y tuve las ganas repentinas de agarrarle por el cuello y besarlo hasta la saciedad. Pero no lo hice. Me contuve, respiré hondo y le dije lo que seguramente no quería escuchar en esos momentos. –No Mark... ya no... Mark se fue tristemente hacia donde estaban todos. No le dije nada porque... ¿Qué se le dice a alguien que se va y te deja tan desordenado el corazón?
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Enviada por Lorenafranco hace 8 años