Pasé junto a La Cueva, que volvió a preguntarme por los chicos. Después crucé el puente de madera y para cuando llegué al túnel, me detuve.
Allí estaban todos ellos, menos Johnny. De espaldas a la oscura Boca del Payaso, y a su invernal garganta de tiempo. La misma que engulle tus días hasta que, sin darte cuenta, apareces al otro lado de tu vida con canas y una vejiga más cobarde.
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Enviada por Zelda hace 7 años
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