A veces le parecía que los pecados veniales (impaciencia, una mentira sin importancia, orgullo, una oportunidad despreciada…) le separan a uno de la gracia más por completo que los peores pecados. Durante su inocencia no sintió amor por nadie; ahora, su corrupción le había enseñado…
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Enviada por Pedro hace 9 años
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