El tiempo se alarga o se acorta según la intensidad del placer que disfrutemos, y ése es un cómputo individual y privado, muy relativo, sujeto a las variaciones térmicas, biológicas y químicas, por no decir espirituales, de nuestra naturaleza. Sin contar las sentimentales.
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Enviada por Margarita hace 9 años
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