Silvia se colgaba de mi brazo cuando no sabía qué hacer o si teníamos que entrar juntos en un lugar muy concurrido. Y yo, de forma indefectible, notaba que la sangre se me agolpaba en el lado que estaba en contacto con ella. Se podría decir que de alguna forma me trasladaba a vivir a ese lado, dejando deshabitada la otra mitad de mi cuerpo.
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Enviada por Remedios hace 9 años
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