Una rosa que ha sido expuesta artificialmente a ojos que la espían (…) no va a ofrecer ni el aceite ni la fragancia que pudiera haber entregado, su color no va a suavizar los ojos como debería hacerlo. Una rosa a la que empujan y sobornan, que le abren las piernas y los brazos, crucificada para que cualquiera la pueda ver, hecha vulnerable, esa rosa terminará enmascarando su secreto más profundo, aun cuando engañe a todos para que piensen que se ha sometido.
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Enviada por Trieste hace 9 años
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