Una vez que la duda es instilada en el corazón, como un veneno, ya no hay vuelta atrás. Estaba confortablemente asentado en la certeza y ahora dudará de todo, como un filósofo. Ciertamente, si el viejo principio in dubita proa reo se aplicase sabiamente todos serían inocentes, ya que la certeza no es sabia, es una sensación, una emoción, la justicia es un recurso emocional y no el producto de la razón.
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Enviada por Jaume hace 9 años
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