Después de una separación una hace cosas que antes no le habrían atraído, quizá para demostrarse que la vida es mucho más ancha que ese conjunto de hábitos y rutinas en que con frecuencia se va convirtiendo el matrimonio, para demostrarse también que una misma es distinta, que la vida en común había ido atrofiando muchas habilidades, intereses, posibilidades. La mirada del otro, por cariñosa que sea (…) te cercena y divide. En los ojos del otro sólo cabe una parte de nosotros mismos, y la otra parte se va secando como una planta a la que no da nunca el sol. (…) También está una sola viviendo con un tío. Y encima bajo control.
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Enviada por Pánfilo hace 9 años
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