La sociedad de los vivos temía constantemente dejar paso a la sociedad de los muertos. Ésta era una evidencia. Claro que siempre podía uno esforzarse en no verla. Podía uno taparse los ojos y negarla, pero la evidencia tiene una fuerza terrible que acaba siempre por arrastrarlo todo.
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Enviada por RIcardo hace 9 años
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