Nadie escucha ya. No puedo hablar a las paredes, porque éstas están chillándome a mí. No puedo hablar con mi esposa, porque ella escucha a las paredes. Sólo quiero que alguien oiga lo que tengo que decir. Y quizá, si hablo lo suficiente, diga algo con sentido.
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Enviada por Bernard hace 9 años
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