La vida es un caleidoscopio. De nada vale girar el cilindro despacio. ¿Tanto cuidado para qué? Cuando menos lo esperamos, los trozos de cristal caen unos sobre otros y forman el impredecible dibujo. Lo bueno es que el nuevo cuadro hace olvidar el anterior. Siempre. ¿Exagero?
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Enviada por Saúl hace 9 años
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