Es curioso cómo cambian las cosas, no? Por un lado, una familia como la tuya, que vivía en esta ciudad, en una casa como ésa, y lo perdió todo. Por otro, un hombre como mi padre, hijo de un pastor de ovejas, dueño de su rebaño pero un simple pastor al fin y al cabo, y de una maestra de escuela que no tenía donde caerse muerta, que se crió en un pueblo de la sierra, que ni siquiera fue a la universidad, y se hizo tan rico como para comprar edificios enteros. Todo en dos generaciones, en tres, y tú y yo aquí, ahora..
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Enviada por Nuria hace 9 años
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