Ya sea en el tren, en una estación o en el autobús, sostiene con fuerza a Neruda en la mano. Un cordón umbilical que lo une a la vida. Un elixir vital. Un salvavidas. Todo a la vez. Poemas como garantía de que todo lo dicho, lo sentido y lo vivido es verdadero y no ha sido sólo un sueño. No puede desaparecer.
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Enviada por Margarita hace 9 años
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