Están los que jamás han leído y se avergüenzan de ello, los que ya no tienen tiempo de leer y lo lamentan, los que no leen novelas, sino libros útiles, ensayos, obras técnicas, biografías, libros de historia, están los que leen todo sin fijarse en qué, los que devoran y cuyos ojos brillan, están los que sólo leen clásicos, amigo mío, porque no hay mejor crítico que el tamiz del tiempo, los que pasan su madurez releyendo, y los que han leído el último tal y el último cuál, porque, amigo mío, hay que estar al día.
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Enviada por Leonardo hace 9 años
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