La naturaleza seguía a lo suyo mientras media España se inundaba por lluvias torrenciales y la otra media ardía de sequía y odio, y los niños perdían las manos jugando con las bombas encontradas en el monte y se apaleaba a rojos, azules y descoloridos y a un señor que pasaba por allí y a una mujer que se quedo mirando.
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Enviada por Celina hace 9 años
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