No airees tu pensamiento ni obres con precipitación.
Sé llano en tu trato, sin caer en lo vulgar.
Sujeta a tu alma a los amigos puestos a prueba, pero no acaricies en exceso a los recién salidos del cascarón que aún no tienen plumas.
Huye de las disputas, pero una vez en ellas, procura que sea tu rival quien huya de ti.
Concede a todos tu oído, pero a pocos tu voz.
Atiende las censuras de los otros, pero guarda tu opinión.
No pidas préstamos ni los des, pues si prestas perderás a un tiempo el dinero y al amigo, y si tomas prestado sufrirá tu economía.
Y, sobre todo, sé sincero contigo mismo; esto traerá, como la noche al día, que no seas falso con los demás.
0
Enviada por Casimiro hace 9 años
No se ha encontrado imágenes sobre esta frase de William Shakespeare.